DIAS 11 Y 12. REGRESO A TOFO

DIA 11


El día anterior habíamos contratado una excursión para ir a la isla de Bazaruto y a hacer snorkel, pero por la mañana nos dijeron que no podía ser ya que al no haber suficiente gente para hacerla, el barco no podía salir.  El plan B era marcharnos para Tofo y así lo hicimos. No quedaban demasiados días de vacaciones y no queriamos arriesgar quedandonos un día más por si ocurría algún imprevisto que nos pudiera retrasar y perder el vuelo de vuelta a España.

Cargando el coche en Zombie Cucumber (Vilanculos)

Nuestros chalets de colores en Zombie Cucumber

Antes de abandonar Vilanculos fuimos a hacernos unas fotos junto a este inmenso baobab

Las mujeres siempre bien cargadas. Incluso vimos una chica con una bicicleta en la cabeza pero no nos dio tiempo para la foto.

Transporte a la africana

Chozas entre baobabs

Siempre hay sitio para uno más

Con un colchón en la cabeza

Las mujeres llevan a sus niños colgados con pañuelos e incluso trabajan con ellos cargados a la espalda.

Uno de los pocos hombres que vimos cargando bultos en la cabeza

El paisaje es muy verde en toda esta parte de Mozambique

Jugando al tetris

A mediodía llegamos a Tofo y nos costó mucho más trabajo encontrar alojamiento que la primera vez. Se notaba el aumento de turistas sudafricanos en la zona. Después de buscar y buscar por fin encontramos algo medio decente y a un precio más o menos aceptable. El alojamiento se llamaba Albatroz Lodge y nos costó unos 70 euros la casa con dos habitaciones independientes, cocina equipada y baño. No hubiera estado mal si el baño no hubiese sido tan cutre.

El resto de la tarde nos dedicamos a pasear por la playa y comprar algun recuerdo en el mercado del pueblo.

Playa de Tofo

Playa de Tofo

DIA 12

Nos levantamos bien temprano como siempre.  Pedro y yo fuimos a correr un rato por una zona que aún no conocíamos. Pasamos por varias playas y calas solitarias y a la vuelta por el interior nos iban saludando todos los mozambiqueños que nos encontrábamos. Algunos incluso nos intentaron vender pescado. Es muy curioso el saludo mozambiqueño, simplemente mueven la mano levemente sin levantar el brazo, en plan: "me estás estresaaaaaando!!!".

 A pesar de que Tofo es uno de los lugares más turísticos de Mozambique, aún se tiene la sensación de estar en una zona semivirgen.

Vistas desde nuestro alojamiento

Corriendo por la playa de Tofo

Los pescadores salen a primera hora de la mañana a faenar, cuando todavía el mar no está demasiado bravo para entrar con sus endebles barcas

Pescando a remo, con caña y redes

Le echan mucho valor saliendo a pescar con estos cascarones

Playa de Tofo

A buscar la comida todas las mañanas

Barca tradicional en Playa de Tofo

Mozambiqueeeee!!!

Desde luego esta estampa playera no se parece en nada a Benidorm

A pesar de ir cargadas de leña sonrien a la fotógrafa

Aunque no se aprecia muy bien en la foto, este niño carga a su espalda a un bebé. Igual de responsable que los crios de España

La primera vez que estuvimos en Tofo no pudimos hacer la excursión para ver Tiburones-Ballena por falta de alojamiento, así que esta fue la misión principal a la vuelta. Contratamos la excursión por unos 38 euros por persona en Liquid Adventures que se encuentra junto al Bamboozi Lodge. 

Unas guiris tomando el sol en la terraza de Liquid Adventures

Playa de Tofo

Con nuestras máscaras y tubos preparados nos montamos en la zodiac de Liquid Adventures. La salida al mar se hacía desde la misma playa y tuvimos que colaborar. Primero se subieron las mujeres y luego los hombres tuvimos que ayudar a los guías a empujar la lancha cuando ellos nos indicaban. A esa hora el oleaje era bastante fuerte y nos costó mucho estabilizar la zodiac y luego subirnos. No teníamos ni idea de que lo más dificil aún estaba por llegar y la lancha comenzó a botar entre las olas a una velocidad de vértigo. Casi se nos saltan los empastes, jeje.

En la lancha ibamos junto a tres veinteañeras y dos parejas de sudáfricanos con pinta de jubilados. Aún no logramos entender como estas dos parejas se embarcaron en esta excursión, aunque ya nos gustaría a nosotros poder seguir haciendo estas cosas con su edad.

Tras el sufrimiento del principio por fin llegamos a una zona más calmada y paramos un poco para colocarnos las máscaras por si había que tirarse al agua para bucear con los tiburones ballena. De repente Pedro vió como a unos 50 metros se acercaba un grupo de cuatro o cinco delfines. Sin dudarlo los sudáfricanos, Merce y yo nos tiramos para intentar nadar junto a ellos, pero pasaron olímpicamente de nosotros y se sumergieron varios metros. Subimos con bastante dificultad a la zodiac, que no tenía escalerilla ni nada parecido, y continuamos en busca de los tiburones ballena.

Tras veinte minutos de navegación oteando el horizonte, una de las lanchas de otro centro de buceo nos avisó de que había una ballena jorobada bastante cerca. Fuimos hacía allí y la pudimos ver desde unos 150 metros. Las otras lanchas se acercaron mucho más, aunque a nuestro parecer demasiado. Al final la ballena se dirigió a nuestra lancha por sorpresa y salió a respirar apenas a cinco metros de nosotros.

Seguimos navegando y al rato vimos de nuevo a la ballena, pero esta vez no paraba de saltar ante la sorpresa de todos nosotros. Solo por disfrutar de este momento mereció la pena el viaje. Merce y yo ya habíamos visto ballenas jorobadas en Costa Rica pero no saltando de esa manera. 

Al final no pudimos ver los tiburones-ballena. Aunque se pueden ver durante todo el año en esta zona de Mozambique, ya sabíamos que no era la mejor época, pero nos fuimos más que satisfechos de disfrutar de los saltos de las ballenas jorobadas.

Felices cuando todavía no sabíamos lo que nos esperaba

La ballena pasó a tan solo 10 metros de nuestra lancha

Nos dedicó varios saltos

Al final de este video se puede ver como salta

La ballena jorobada es uno de los cetáceos más grandes del mundo. Algunos ejemplares llegan a medir hasta 15 metros.